A la eternidad

Hola, los he tenido mega abandonados, pero bueno aquí estoy de nuevo.
Les cuento que hoy mientras trabajaba plácidamente leí una noticia que me dejó pensando, nada del otro mundo por supuesto pero que se coló en el fondo de mi corazón.
La madre de un amigo había muerto, entonces se vinieron a mi cientos de recuerdos y momentos vividos, y pensé en él, en su familia y en el dolor que estaban atravesando.
Y no hay peor cosa que perder al ser que es tú luz.
Hace 2 años perdí a mi abuelita, éramos muy unidas, cuando estaba pequeña pasé 2 años en su casa, me cuidaba como a ninguna, me peinaba y jugaba cartas con nosotros (mi primo y yo). Cuando me tocó estudiar la escuela tuve que dejarla sin embargo anhelaba cada fin de semana para verla.
Hoy me miro al espejo y trato de encontrarme a mí misma, a aquella joven sonriente y llena de energía, pero se esfumó.
Cuando ella estaba viva, me preguntaba si sería posible sobrevivir sin su amor, me imaginaba cómo sería su muerte, ya sé que parece enfermo, pero sabía que un día iba a suceder, no de qué forma pero estaba consciente de eso.
Fue un 14 de febrero, mientras escribo esto es como si reviviera aquel momento; en la mayoría de países se celebra San Valentín, comprenderán hicimos una comida especial entre los tíos más allegados, era la hora de cenar y de pronto ella no tuvo hambre, le dolía demasiado la cabeza. Nos preocupamos como era de esperar pero pensamos que era un dolor intrascendente, no imaginamos que sería el principio de momentos dolorosos por los cuales íbamos a atravesar.
Aquella semana, justamente un miércoles me llama mamá desesperada para comentarme que estaban trasladando a mi abuelita a la clínica, el mundo se me derrumbó, sin embargo tenía que ser fuerte por mi madre. Fue una larga, larga semana en la clínica, todos se turnaban para cuidarla y las visitas eran imparables. Mi abuelita lo estaba tomando bien, no nos dimos cuenta pero de pronto su personalidad sobria había cambiado y hacía bromas con las enfermeras y doctores, todo parecía mejorar. Le dieron el alta un día sábado, moría por regresar a casa y la llevamos. Teníamos aquello que se llama ESPERANZA Y FE en que todo estaría bien. 
A los 5 días nuevamente la pesadilla estaba a punto de comenzar. Era jueves cuando mi móvil sonó, era mamá para decirme que trasladaban de urgencia a mi abuelita a la clínica otra vez, pasé intranquila toda la mañana hasta el medio día que pude verla, cuando llegué a la habitación de la fría clínica en donde estaba mi Reina, ya la habían estabilizado y dormía tranquila, hasta entonces ya 2 neurólogos, 1 cardiólogo, 2 médicos generales, entre ellos el de cabecera la habían revisado, teníamos que esperar los análisis, fue la semana más larga que pudimos haber pasado, le dieron el alta y la hospedamos en casa de mamá, todos los días estábamos acompañadas por visitas, por la familia.
De pronto no recuerdo con exactitud pero empezó a confundirnos, no sabía ya mi nombre, no recordaba en donde estábamos, empezó a preguntar por personas que ya habían fallecido.
Los días transcurrieron y los resultados llegaron, no conformes con lo que los médicos especialistas decían buscamos nuevos doctores, hasta que encontramos una doctora que nos dio un panorama de cómo estaban en realidad las cosas, era un tumor en la cabeza, nos dieron pase a Solca inmediatamente, nos movimos con cuanta prontitud hubo como, el oncólogo tratante nos dijo que nada se podía hacer ya que debido a su edad, 92 años, no resistiría operación alguna. No sé si es egoísmo pero la desesperación pudo más con nosotros, buscamos médicos fuera de la localidad, enviamos análisis, e inclusive usamos Medicina Alternativa, todo con tal de conservarla más tiempo con vida. Misteriosamente 2 de sus hijos, es decir, mis tíos desistieron de seguir intentando, decían que era mejor "dejarla descansar".
Fuimos por última vez a ver a su médico de cabecera, un doctor muy robusto y querido por toda la familia, a pesar de ser médico general le tenemos una confianza excepcional debido a su vocación y profesionalismo, recuerdo que nos paramos frente a él y le suplicamos más que pedirle que nos sugiera, una alternativa, una solución a todo, sus palabras fueron "No hay nada que hacer, solo deben esperar, denle todo lo que quiera comer, trasladenla a su casa", entonces las lágrimas rodaron por nuestras mejillas y pude notar que la voz del doctor se quebrantó, pensé en lo duro que era darnos esas palabras.
Hicimos caso tal como había dicho el médico, no sabíamos si eran meses, o un año, pero ahí estábamos confiando en que un milagro ocurra.
Fueron varios meses de dolor; ver como el ser que amas empieza a olvidarte por completo, a dejar de comer, era devastador. Lo más difícil era cuando en sus momentos de lucidez nos preguntaba si la veíamos mejor y si pensamos que va a seguir viviendo. No hay palabras para describir el dolor que sentíamos.
Un jueves de mayo, 5 de mayo para ser exacta, regresaba del trabajo cuando mi mami me llamó, estaba con la voz temblorosa y me dijo "se nos va" y se echó a llorar. Llegué a casa corriendo, al tiempo que mama soltaba el teléfono comprendí que todo estaba acabado, ella había muerto.
Me dejé ahogar por el llanto, estuve como 10 minutos en un estado de shock, sabía que tenía que mantenerme fuerte para sostener a mamá y me reafirme.
Los momentos siguientes a eso fue contratar la funeraria y arreglar todo para el funeral.
Abracé por última vez su cuerpo en cuanto la vi, quise morirme en ese preciso instante pero me recordaron que debía mantenerme de pie, y eso hice durante los demás días. Mi cumpleaños fue el más amargo que viví, justo un 12 de mayo.
Les cuento que los días después al cepelio hay calma, debido a la novena que se realiza por el almita, siempre estábamos acompañados, lo difícil vino después del noveno día.
En aquellos días nos enteramos que mis tíos que se habían opuesto a seguir buscando más tratamientos y alternativas sabían con exactitud que el tumor era maligno y solo le quedaban 3 meses de vida, y así fue, disfrutamos 3 meses de su compañía al mismo tiempo que el dolor nos consumía, comprendimos con eso que mis tíos querían evitarnos la tristeza.

Lo bonito de toda esta etapa, es que no hay remordimiento por lo que pude haber hecho y no hice, vivía para ella; le compraba dulces y era infalible la visita cada fin de semana, hacíamos pequeñas bodas con mis tíos y no había cosas más hermosa que su compañía.

No sé cómo me dejé sumir en la depresión, dejé de ser apoyo de mamá, para ser ella el mío, sin duda mami estaba siendo más fuerte, ya no comía, llegaba del trabajo a dormir y la canción de Rocío Dúrcal, Amor Eterno se había convertido en mi himno, sobretodo aquella parte que dice "prefiero estar dormida que despierta, de tanto que me duele que no estés".
Empecé a soñar con mi Ángel cada noche, me levantaba llorando y temblando en la madrugada, por qué no hay nadas más horrible que abrazar a alguien en tus sueños, despertar y darte cuenta que no está.
Sé que muchos estarán pasando por situaciones iguales, todo es un proceso, ACEPTACIÓN - RESIGNACIÓN, aceptar que se fue y resignarse a vivir sin esa persona amada.

Les comento que debido a mi situación, mami decidió buscar ayuda, fuimos donde un sacerdote y el me ayudó a liberar a mi abuelita, le di un último abrazo en mi mente y se la entregué a Dios, tal como el Guía Espiritual me iba  indicando.

La extraño demasiado pero he dejado de soñar con ella, estoy segura que Dios la tiene en su Reino.

No sé desanimen si la muerte llega a su puerta, busquen ayuda profesional y confien mucho en Dios, lloren todo lo que puedan, eso ayuda a liberarse un poco, pero más que todo hagamos las cosas aquí y ahora; riamos, cantemos, bailemos, abracemos a los seres que amamos y disfrutemos de ésto que se llama VIDA, no siempre es lo que esperamos pero recuerden que todo está hecho a la perfección de un Dios que nos ama, que nos entregó a su hijo cómo prueba y nos ha dado una Madre Misericordiosa.

Y recuerden hacer cada cosa, por más insignificante que sea, con AMOR.